E
l matrimonio es una de las relaciones más importantes y significativas en nuestras vidas. Es una unión que nos brinda amor, apoyo y compañía. Sin embargo, como cualquier relación humana, también puede presentar desafíos y conflictos. Para construir un matrimonio armonioso y feliz, es necesario cultivar ciertas actitudes y valores.
Algunos aspectos importantes
Uno de los factores más importantes para lograr la armonía matrimonial es el cultivo del respeto mutuo. La base del amor es el respeto y sin este fundamento, el matrimonio y la familia no tienen un buen futuro. Cultivar el respeto mutuo implica practicar los buenos modales en casa, cuidar de nuestra apariencia incluso cuando estamos solos, respetar las opiniones del cónyuge y esforzarnos por cumplir con nuestro papel en el hogar. También significa ser considerados cuando nuestro cónyuge no se siente bien, evitar criticarlo frente a otras personas y practicar el perdón. En resumen, considerar al cónyuge como una persona tan digna y apreciable como uno mismo.
Otro factor importante es la madurez emocional. La madurez emocional es la capacidad de ajustarse socialmente a otros y reaccionar bien en todas las situaciones. Algunos síntomas de falta de madurez son ser exigente en cuanto a la satisfacción de nuestros propios deseos, no considerar los sentimientos y deseos del cónyuge y dar rienda suelta a nuestros sentimientos cuando las cosas no van bien o no conseguimos lo que queremos.
Sugerencias para lograrlo
Clyde Narramore señala que una persona suficientemente madura para casarse tiene ciertas características: hace frente a la vida con realismo, acepta las situaciones tal como son, es capaz de tomar decisiones, coopera bien con otros, es capaz de amar a alguien además de sí mismo y acepta bien las frustraciones y los contratiempos.
El ideal del matrimonio es darse el uno al otro. Buscar el bien y la felicidad del ser amado. Desde esa base, los hijos tienen una excelente oportunidad. Es en este contexto de armonía matrimonial donde el niño recibe una sana formación, desarrollando actitudes y valores que le permitirán ser un joven y posteriormente un adulto bien adaptado y capaz de tener a su vez una familia armoniosa y estable.
Alguien señaló lo siguiente en una reflexión titulada “Los niños aprenden lo que viven”: Si un niño vive entre críticas, aprende a condenar. Si un niño vive en hostilidad, aprende a pelear. Si un niño vive ridiculizado, aprende a ser tímido. Si un niño vive con vergüenza, aprende a sentirse culpable. Si un niño vive con tolerancia, aprende a ser paciente. Si un niño vive con estímulo, aprende a tener confianza. Si un niño vive con justicia, aprende a ser justo. Si un niño vive con seguridad, aprende a tener fe. Si un niño vive con aprobación, aprende a apreciarse. Si un niño vive con aceptación y amistad, aprende a encontrar amor en el mundo.
El ideal de un matrimonio armonioso y feliz donde nuestros hijos crezcan y logren ser todo lo que Dios planeó para ellos es posible. Sólo se requiere asumir compromiso en aprender y aplicar principios y dedicar tiempo de calidad a la familia. Dios también nos ayudará si le damos lugar en nuestras vidas y familias.
Podcast: La armonía matrimonial
Pastor Wuilmar J. Lorca
En resumen:
Construir un matrimonio armonioso y feliz requiere compromiso mutuo para cultivar actitudes y valores como el respeto mutuo y la madurez emocional. También implica valorar las diferencias entre ambos cónyuges como complementarias en lugar de conflictivas. Con dedicación y compromiso podemos construir una relación sólida que nos brinde amor y felicidad.
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