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a familia es como un jardín en el que cada miembro es una planta única y especial. Al igual que las plantas necesitan un terreno fértil para crecer y dar frutos abundantes, nuestros hijos necesitan un hogar que les proporcione los nutrientes espirituales y emocionales para desarrollarse saludablemente.
El terreno apropiado
Para criar a nuestros hijos de manera que nuestro corazón se regocija por lo que serán en el futuro, es necesario “plantarlos en un terreno apropiado”. El hogar debe ser un lugar fértil donde los hijos puedan crecer y desarrollarse. ¿Qué factores son esenciales para que el “terreno” del hogar sea fértil y apropiado para los hijos?
Las reglas son importantes, pero sin una buena relación con nuestros hijos, pueden llevar a la rebeldía. Lo más importante no es establecer reglas, sino construir una relación fuerte basada en el amor. Una buena relación con nuestros hijos es clave para su sano desarrollo.
Como padre de tres adolescentes, puedo decir que esta verdad es fundamental. Si desde la infancia colocamos los cimientos de una buena relación con nuestros hijos y continuamos construyéndola a lo largo de los años, comprobaremos que los años de adolescencia no serán una experiencia traumática, sino una hermosa experiencia en la que tendremos una relación saludable, similares a un amigo y con las características de buenos padres de nuestros hijos.
Elementos clave para su desarrollo
Hay varios elementos clave en el desarrollo de una relación saludable entre padres e hijos:
Aceptación: Nuestros hijos deben saber que nuestro amor por ellos es incondicional. No importa lo que pase o lo que hagan, siempre los amaremos. Esta clase de aceptación les proporciona seguridad, la cual es necesaria para su sano desarrollo emocional, sin menoscabar las oportunidades para que afronten la responsabilidad y deficiencias responsablemente.
Aprecio: Es importante hacer el hábito de elogiar a nuestros hijos por las cosas buenas que hacen. Buscar la ocasión para regar y abonar con elogios sus buenas actitudes o acciones es más efectivo y productivo que criticarlos y regañarlos constantemente.
Disponibilidad: Aunque nuestras agendas están cargadas de trabajo y nuestros hijos andan en veinte direcciones a la vez, es necesario estar disponibles para ellos. Cuando pasamos tiempo con nuestros hijos y hacemos planes para jugar y/o compartir con ellos, desarrollando nuestra amistad, les damos este mensaje: “Eres importante para mí, más que cualquier otra persona o cosa en la vida”.
Cariño: Sentirse amado es esencial para el sentido de seguridad de los hijos, el desarrollo de su autoestima y para su habilidad para desarrollar buenas relaciones fuera del núcleo familiar. Exprese y demuestre su amor con detalles y acciones concretas.
Responsabilidad: Las personas desde la niñez deben aprender a ser responsables por sus actos. Esto incluye pedir disculpas y enmendar o reparar el daño ocasionado. Ayude a sus hijos a asumir su responsabilidad.
En resumen:
En resumen, colocar los fundamentos para la sana formación de los hijos es esencial porque lo que aprendan en su infancia será lo que proyecten el resto de su vida. Al construir una relación fuerte basada en el amor, la aceptación, el aprecio, la disponibilidad y la responsabilidad, estamos ayudando a nuestros hijos a crecer y desarrollarse saludablemente.
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Voz y autoría de éste Podcast: T.S.U Gabriel J. Lorca
